El mundo te obliga…Navidad = felicidad = armonía = compañía = amor, etc...
Los humanos somos tan ingenuos que nos creemos estas premisas sociales y no pensamos que debajo del brillo de las luces, debajo del rojo brillante y plata de Papa Noel, muchas veces o casi siempre encontramos muchas personas diferentes:
Con alegrías diferentes y con malestares diferentes.
Mucho acercamiento impostado y bondad sobreactuada, tan frecuente como próxima.
Reacciones hipomaníacas, acompañadas de compras compulsivas y voracidad desatada, son las protagonistas de muchas reuniones tan incómodas como forzosas.
Idealizamos, afirmamos, pensamos y suponemos que en casa del vecino los macarrones saben mejor...
Es una mera idealización, es un gigante con pies de barro.
Como todo en la vida, nada tiene mucha importancia, todo es relativo y efímero, y hoy y mañana, son dos días más, que en muchas personas marcan duelos, hitos y faltas, recuerdos y desacuerdos.
Dice mi hermana Cris que nada es importante y tiene razón. Sólo existe lo que creemos que existe o lo que imaginamos que no existe. O existe o no, si queremos o no.
Hoy es hoy y pasa, no es obligatorio reír, amar, comer, acompañar, no es obligatorio nada. La única obligación que es importante, es que puedas acompañarte a ti mismo, solo o en compañía y acompañar tus anhelos y tus presencias, o tus ausencias con otras presencias, si tienes el privilegio de compartirlo con gente y si no, lo compartes contigo mismo
Precioso. Felices fiestas.